Nuevos retos y desafíos para un mismo objetivo. Mejorar la seguridad y salud en el trabajo

Tras un año que ha estado marcado por la pandemia COVID, iniciamos en año 2021 con nuevos retos.  Un año después de que el COVID 19 apareciera en nuestras vidas, nos encontramos ante una nueva sociedad (transformada, debilitada y con nuevas necesidades), que ha cambiado su forma de relacionarse, de trabajar y por tanto de hacer prevención. Este año AEPSAL, seguirá trabajando intensamente dando respuesta ágil a estos grandes desafíos, difundiendo conocimiento, ayudando a técnicos y empresas a mejorar la seguridad y salud en sus centros de trabajo.

De ello hablamos en esta segunda entrega de una entrevista que Wolters Kluwer realizó a Susana Romero, en nombre de AEPSAL y que a continuación pasamos a desarrollar, publicada íntegramente en el N 189 Gestión Práctica de Riesgos Laborales (Febrero 2021)

 

  1. Los informes y encuestas de salud publicados muestran en su totalidad que la salud mental de los trabajadores se ha resentido por el Covid, ¿qué acciones o medidas se deberían implementar para mejorar el bienestar de los empleados?

La llegada del COVID-19 y supuso un cambio muy importante en la forma de trabajar para el que buena parte de las empresas y sus trabajadores no estaban preparados. Tuvimos que aprender a vivir y trabajar en pandemia, a cuidar de nuestros hijos, mayores y enfermos mientras que, los que trabajábamos, reinventábamos nuestros negocios ante la incertidumbre o teníamos que dar respuesta a elevadas cargas de trabajo (sector esencial). Todo esto ha agravado los problemas de salud mental en el lugar de trabajo. Y es que no hemos de olvidar que ya en el 2016 60% de las bajas laborales en Europa eran por estrés relacionado con el trabajo y los riesgos psicosociales. Al impacto de lo vivido en 2020 a nivel personal (cómo de cerca han vivido la enfermedad o la muerte de un ser cercano y cómo lo está gestionando) hemos de sumar el agotamiento por la falta de equilibrio entre el trabajo y la vida para unos, la depresión por no socializar o la soledad para otros…

Son múltiples las encuestas realizadas a nivel poblacional, todas ellas tienen en común la mitad de todos los encuestados tienen sintomatología en cualquiera de sus dimensiones de ansiedad o depresión. Encuestas que excluyen al personal socio sanitario, por sus características…. Un reciente estudio revela cómo casi la mitad de los sanitarios encuestados ((18 hospitales españoles) presenta cribado positivo de un trastorno mental, y un 14,5% lo sufre de forma discapacitante

Por tanto, la salud mental se ha convertido no solo en un problema social más amplio, sino en el verdadero desafío de la prevención de riesgos ¿Qué acciones o medidas deberían implementarse? Nuestros esfuerzos se han de centrar en la gestión del factor humano. Ofreciéndole espacios de consulta, potenciando la comunicación y cohesión de equipos en remoto; trabajando en un ambiente de confianza explicando muy bien las medias llevadas a cabo para evitar contagio y los protocolos, dándoles herramientas para trabajar sus emociones y ayudarles a sobrellevar este período. Ofreciéndoles flexibilidad en la distribución de jornadas, promoviendo la desconexión digital. Evaluando todo ello a nivel individual, equipo y empresa para dar la mejor de las respuestas en nuestra acción preventiva. Acciones que requieren inversión y un importante trabajo de concienciación y compromiso en las empresas quienes, tradicionalmente han “despreciado los riesgos psicosociales” (no se han evaluado ni gestionado, no se ha informado al trabajador.)

Hemos de actuar de forma ágil y continuada ya que, recordemos, la mitad de la población activa podría ser susceptible de generar un trastorno a medio plazo, si no gestionamos adecuadamente e intervenimos sobre las primeras manifestaciones sintomatológicas.  Por eso primero que hemos de hacer es analizar al detalle estos datos, mediante encuestas anónimas que nos permitan diferenciar por género, edad responsabilidad y funciones. Evidentemente el factor género, como hemos explicado en jornadas y recientes estudios es diferenciador. Los cuadros de ansiedad y estrés son mayores en mujeres que en hombres:  60% de ellas trabajando en primera línea (cuidados, medicina, limpieza), precariedad e inestabilidad de sus trabajos, la triple jornada (teletrabajo, cuidado de hijos y enfermos…)

  1. En este contexto, ¿qué papel tienen los lideres? ¿qué nuevos valores debe reunir esta figura?

 La figura de responsable de seguridad y salud (RSS) en la pandemia del COVID 19, ha sido la de un líder esencial, hasta el punto de que así se reflejó en muchas de las guías presentadas por Organismos públicos y entidades relacionadas, para la elaboración de planes de contingencia. AEPSAL, publicó por ello una Guía en la cual se definen sus funciones, habilidades, conocimientos y también ofrece herramientas sencillas y ágiles para ponerlos en práctica. Para AEPSAL, como refleja esta quía, los valores de este líder son los de todo técnico de prevención: empatía, capacidades de comunicación y un espíritu de mejora. A ellas hemos de sumar, puesto que nos enfrentamos a una nueva situación que nos exigía adaptarnos, la resiliencia, confianza y diligencia. En definitiva, y como comentaba nuestra asociada Reyes González, Global EHS Manager Google, en una de las jornadas que organizamos, “Un verdadero líder es el que te hace sentir seguro”.

  1. .¿Dónde deben poner el foco los responsables de seguridad y gestión de la prevención para aportar valor al negocio?

En nuestra opinión los técnicos de prevención están haciendo un gran trabajo con los medios que poseen. AEPSAL publicó hace unos años  1ª Encuesta en España a Técnicos de Prevención dejo ver.  . Sería necesaria una mayor integración de la prevención en todas las empresas, que todos tomáramos parte de ella, y un mejor desarrollo de las funciones, recursos y capacitación de los Técnicos de Prevención. Dicho lo anterior, tenemos una gran oportunidad para reclamar nuestro papel de vital importancia en el día a día de las empresas, no sólo en una situación de pandemia. Poner el foco en las consecuencias de una no inversión en prevención, los riesgos que se asumen, el valor de negocio (Por cada euro invertido en salud laboral se recuperan 2,54) Debemos de seguir siendo la fuente de toma de decisiones para identificar áreas con problemas o prioridades a abordar con visión preventiva.

  1. El virus ha puesto en valor la importancia de la seguridad y la salud en el trabajo, sin embargo, según desvela la encuesta de E-coordina en las Redes Sociales gran parte de los técnicos en prevención no se han sentido valorados, ¿usted comparte esta opinión o cree que ha puesto en valor a los técnicos PRL? ¿ qué medidas o acciones se deben implementar para empoderar a hasta figura?

Todos los técnicos de prevención sentimos que no se nos ha tenido en cuenta. No se trata de una percepción, ni de encuestas. Si consulta el listado de actividades esenciales publicado a inicios de abril 2020, la asesoría en prevención de riesgos laborales no fue considerada como tal, con todo lo que supuso para los compañeros de profesión. (técnicos en situación de ERTE mientras las empresas que estaban en marcha necesitaban más asesoramiento preventivo, evaluación de riegos y formación COVID que nunca…). El Ministerio de Sanidad no nos consideraba esenciales para el buen funcionamiento en estado de alarma. Por el contrario, Sanidad estableció nuevas obligaciones a los Servicios de Prevención respecto de la población trabajadora y de las empresas, lo que fue suponiendo una mayor carga de trabajo conforme se fueron abriendo negocios… ¿Se da cuenta de la incoherencia que le estoy mostrando?

Éramos invisibles para la sociedad, fueron muy pocos los medios de comunicación que nos llamaron para pedir opinión especialista (hubo que pasar un par de meses…)

En definitiva, en este contexto se ha hablado más que nunca de prevención y protección, pero los prevencionistas, los técnicos y sanitarios, los Servicios de Prevención, no han sido partícipes de la toma de decisiones, sino destinatarios del cumplimiento de Procedimientos del Ministerio de Sanidad.

Consideramos que los servicios de prevención (propios y ajenos) deben jugar un papel activo en una situación de emergencia de salud como la provocada por la pandemia que según indica el Reglamento de los Servicios de Prevención, tenemos la obligación de colaborar con el Sistema Nacional de Salud, pero en vista a lo vivido, se necesita una mejor definición de las “reglas del juego” Y por supuesto, como he comentado anteriormente, el trabajo que hacen los técnicos de prevención de riesgos laborales ha de ser conocido y puesto por ello en valor. Y es una labor de todos, políticos, empresas, instituciones públicas, medios de comunicación y sin duda, de las asociaciones de técnicos de prevención como AEPSAL.

  1. ¿Cómo será la empresa del futuro? ¿qué valores debe tener o regirá su estrategia preventiva?

El trabajo y los lugares de trabajo están sometidos a cambios continuos por la introducción de nuevas tecnologías, sustancias y procesos de trabajo, por cambios en la estructura de la población activa y del mercado laboral, y por formas nuevas de empleo y organización del trabajo. Cambios que se han acelerado en pandemia y que nos han permitido visualizar este horizonte a corto plazo. Todo lo anterior puede dar lugar a que aparezcan nuevos riesgos y dificultades para la seguridad y la salud de los trabajadores que es necesario prever y abordar para garantizar la SST en el futuro. Los avances tecnológicos crearán nuevos puestos, pero quienes van a perder sus trabajos podrían ser los menos preparados para aprovechar estas oportunidades. Las competencias de hoy no se ajustarán a los trabajos de mañana y las nuevas competencias adquiridas pueden quedar desfasadas rápidamente

Por tanto, hablamos de cambios importantes, la respuesta del trabajador ante éstos será fundamental: la necesidad de resiliencia y de adaptabilidad de los individuos será clave, los nuevos tipos de trabajadores resultantes y los retos específicos a los que se enfrentan los recién llegados vs los trabajadores de más edad (envejecimiento poblacional).

Hemos de seguir trabajando para evitar los accidentes de trabajo. La siniestralidad laboral en España es muy alta, datos intolerables. La curva de siniestralidad crece año tras año, también este 2020 a pesar del parón de productividad (Un total de 543 trabajadores fallecieron en accidente laboral en los nueve primeros meses del año, un 20% más que el año anterior mismo período). De hecho son estos resultados los que nos hacen pensar que este 2020, las empresas han centrado sus recursos preventivos en acciones COVID, los técnicos han estado saturados en esta urgencia y se ha generado más trabajo precario (es lo que traen las crisis)… junto con otras causas… Nuestra estrategia ha de seguir centrada en esta gravísima situación, en esa “punta del iceberg”. UN iceberg que tiene una base que va aumentando, las enfermedades derivadas de riesgos psicosociales, generadoras de accidentes y de absentismos. Un grave problema que tenemos que seguir trabajando y que, como hemos explicado, arrastrará una población laboral “mentalmente” enferma tras esta pandemia, que deberá seguir respondiendo al cambio.

Redactado por Susana Romero Miguel